Por Vanesa Meyer, vicepresidente de Innovación y Diseño para Visa América Latina y el Caribe
El auge de las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) se está convirtiendo en un fenómeno global. Once bancos centrales ya lanzaron sus monedas digitales, 20 están en la fase piloto y más de 100 países están explorando el uso de CBDC para mejorar la estabilidad, resiliencia y eficiencia de los sistemas financieros.
Una CBDC es básicamente una moneda virtual emitida por un banco central. Pero a diferencia de las monedas en papel tradicionales, como el dólar estadounidense o el euro, una CBDC solo existe en forma digital. Cada banco central que está explorando CBDCs tiene sus propios motivos por hacerlo, que van desde fomentar la inclusión financiera y la eficiencia hasta mantener la independencia en asuntos de política monetaria y propiciar el acceso público al dinero de los bancos centrales.
Hay dos tipos principales de CBDC: minoristas y mayoristas. Las CBDC minoristas están diseñadas para ser usadas por el público general y tienen el objetivo de ser un equivalente digital al dinero en efectivo. Las CBDC mayoristas, por otro lado, están diseñadas para ser utilizadas por las instituciones financieras y suelen ser usadas para liquidaciones interbancarias y otras transacciones mayoristas.
En América Latina y el Caribe (ALC) existe una gran oportunidad de generar valor a partir de lo que pueden ofrecer las CBDC. Pero la industria debe resolver varios desafíos para impulsar la adopción temprana, la democratización y el uso masivo de estas monedas digitales, especialmente cuando se trata de las CBDC minoristas y de la disposición del público de usar estas monedas digitales.
Es por eso que los Centros de Innovación de Visa en colaboración con los principales especialistas técnicos en criptomonedas llevaron a cabo un estudio de investigación con consumidores y comercios de ALC para entender los deseos y sentimientos que existen en torno a las CBDC minoristas y así compartir con nuestros socios y legisladores datos relevantes y únicos acerca de los comportamientos y las necesidades actuales de los usuarios. Los resultados muestran dos elementos críticos que pueden tener un impacto en la adopción generalizada de una CBDC minorista: generar confiabilidad y la expansión de la digitalización.
La confianza aumenta la adopción
La confianza es vital cuando se trata del dinero, la gobernabilidad y la tecnología. Nuestro estudio de investigación reveló que hay un sentimiento creciente de falta de confianza en las capacidades tecnológicas de los gobiernos y de los Bancos Centrales para crear una infraestructura resiliente para las CBDC, todo esto impulsado por entornos políticos inestables. También existen preguntas sobre el nivel de independencia y privacidad que pueda ofrecer una CBDC, miedo a un aumento de los controles de activos por parte del gobierno a través de la programabilidad y temor de que la CBDC pueda ser obligatoria y no opcional.
El estudio de investigación revela que, para adoptar una CBDC minorista, la mayoría de los usuarios exigen un modelo híbrido en el que los gobiernos se alíen con el sector privado para ofrecer una innovación segura y credibilidad hacia nuevas experiencias de dinero digital. El estudio también destaca que la CBDC debería presentarse como una alternativa conveniente al efectivo en lugar de una moneda obligatoria. Asimismo, es fundamental crear protocolos que ofrezcan siempre a los consumidores y comercios transparencia y un pleno control de su dinero, activos e información.
La digitalización impulsa el uso generalizado
La adopción masiva de las CBDC minoristas requeriría superar el bajo índice de inclusión financiera y digitalización que todavía está presente en un segmento significativo de la población. A los que participaron en el estudio de investigación les resulta casi imposible imaginarse un ecosistema sin efectivo, pero creen que lo digital es el futuro. Las empresas y los consumidores están sumamente interesados en los posibles beneficios sociales de las CBDC y de la digitalización económica para poblaciones desatendidas y sub-bancarizadas, pero tampoco tienen la certeza del valor agregado de las CBDC más allá del dinero digital.
Por consiguiente, será esencial no solo asegurar el uso y la aceptación de las CBDC en todo lugar, sino además proporcionar un incentivo para hacerlo. Los ecosistemas de las CBDC deben abordar las necesidades de estas poblaciones y proporcionar un mayor acceso a los fondos y una mayor alfabetización digital y financiera.
Implementar la digitalización en fases, con soluciones convenientes, funcionales y asequibles y desembolsos del gobierno más rápidos y eficientes, también demostrará la eficacia, reducirá la dependencia del efectivo y facilitará una transición más fluida de los usuarios a una CBDC minorista.
A pesar de estos obstáculos, creemos que las oportunidades son mayores para crear un ecosistema de pagos con CBDC más eficiente, seguro y sin fricciones. Nuestros expertos en CBDC están trabajando activamente con los bancos centrales, las instituciones financieras y las fintechs para crear ecosistemas basados en la confianza y casos de uso centrados en el usuario para impulsar una adopción temprana y democratizar las CBDC en toda la región de ALC, para todos y en todas partes.