La gran transformación digital de la última década de muchas compañías estuvo marcada por un ritmo exponencial en la velocidad de adopción y la escala de uso de la nube. Sin embargo, con el aumento de la presión económica en todo el mundo, presupuestos más ajustados, la necesidad de equilibrar los objetivos de rentabilidad con la responsabilidad de proteger el medio ambiente y contribuir al bienestar social, el reto tecnológico de esta década consiste en agregar control con economía, eficiencia y sostenibilidad de la nube.

Para 2028, la computación en la nube pasará de ser un disruptor tecnológico, a convertirse en un componente necesario para mantener la competitividad empresarial. Además, el gasto en servicios públicos de la nube sigue aumentando sin restricciones. Durante este 2024, se espera que el gasto total de los usuarios finales en servicios de nube pública en todo el mundo alcance los 679 mil millones de dólares y se proyecta que supere el billón de dólares para 2027, de acuerdo con un estudio de Gartner. 

De acuerdo Juan Carlos Soto, gerente de Cloud FinOps en GBM «las organizaciones están invirtiendo activamente en tecnología de la nube debido a su potencial para fomentar la innovación, crear disrupciones en el mercado y mejorar la retención de clientes para obtener ventajas competitivas. No obstante, esto conlleva un reto enorme en la administración financiera de los consumos en las nubes públicas, para tener predictibilidad en los costos, sin que las facturas se salgan de control. Esto hace que los gastos de la nube se estén transformando en una consideración prioritaria para las industrias».

Según una encuesta de la consultora International Data Corporation -IDC-, 6 de cada 10 organizaciones admitieron haber gastado más en la nube de lo presupuestado inicialmente. Si bien la adopción de la nube se aceleró, los mecanismos de control y gobernanza de la misma no han seguido el ritmo. Como resultado, hasta el 30% del gasto en la nube se clasifica como gasto «desperdicio». En este contexto, las FinOps han surgido como una disciplina clave para ayudar a las organizaciones a maximizar el valor de sus inversiones en la nube y abordar los desafíos de sostenibilidad. 

Enfocándose en optimizar los costos, la eficacia operativa y el rendimiento financiero de las operaciones tecnológicas, incluyendo la gestión eficiente de recursos en la nube y la infraestructura tecnológica. De este modo, permiten tomar decisiones oportunas basadas en datos, obteniendo una mayor previsibilidad y creando responsabilidad financiera, mediante la colaboración entre los equipos de ingeniería, finanzas y negocios. Asimismo, ofrecen una oportunidad única para integrar consideraciones de sostenibilidad en la gestión financiera de las organizaciones.

Las industrias que implementan los principios de FinOps experimentan ventajas como:

  • Estar más informadas y en control de su entorno de nube: su posibilita tener un panorama completo de la arquitectura de la nube, faculta predecir acciones que van desde las horas de menor actividad en las infraestructuras para la ejecución de tareas más complejas, hasta revisar continuamente las opciones de almacenamiento antes y después de poner en producción un proyecto.
  • Planificar y pronosticar los presupuestos de la nube: esta solución suministra herramientas analíticas avanzadas para entender los patrones de gasto a lo largo del tiempo, anticipando fluctuaciones estacionales e identifica oportunidades de ahorro. Además, se pueden priorizar inversiones que respalden los objetivos de sostenibilidad, establecer límites de gasto y programar alertas tempranas para evitar sorpresas en las facturas.
  • Identificar áreas de optimización: La mayoría de las empresas han descubierto inversiones innecesarias, como el aprovisionamiento excesivo de recursos o la infrautilización de los mismos. FinOps ayuda a identificar los recursos de la nube que no están siendo explotados al máximo de su capacidad, reduciendo costos. También impulsa la optimización de la infraestructura en la nube, diseñando soluciones más eficientes y mostrando oportunidades para invertir en tecnologías más sostenibles.
  • Garantizar la sostenibilidad en el entorno: proporcionar un marco de administración eficiente de los recursos en la nube, lo que conlleva a una disminución en la necesidad de servidores y equipos físicos. Esto se traduce en un menor consumo de energía, un entorno de TI más sostenible, alineándose con sus objetivos de sostenibilidad y una menor huella de carbono. 

“Las FinOps plantea un marco metodológico para gobernar el consumo de la nube pública, maximizando el valor de la misma, para impulsar un crecimiento eficiente del negocio en un entorno ágil y, a su vez, acercarse a los objetivos de sostenibilidad. Se trata de eliminar bloqueadores y permitir una conversación multifuncional sobre dónde invertir y cuándo. A veces una empresa decide reducir el gasto o invertir más, pero ahora los equipos saben porque toman esas decisiones y, así, disminuyen costes en servicios prescindibles, minimizando los excedentes y mejorando la rentabilidad”, expresó Soto.

 La Fundación FinOps ha definido la transición de las empresas a esta disciplina en tres fases: 

  • Informar: se trata de visualizar y asignar los costos a los servicios que generan el consumo en la nube, para tomar decisiones informadas y rentables sobre su uso.
  • Optimizar: descubrir oportunidades de ahorro. Además, garantiza la eficiencia en el uso de los presupuestos asignados a la nube pública.
  • Operar: las organizaciones evalúan continuamente su rendimiento con respecto a los objetivos empresariales y de sostenibilidad y, al mismo tiempo, implementan políticas que ajustarán la inversión en la nube, sin afectar al rendimiento. Además, se establece una cultura donde se administre el consumo de nube desde que nacen los servicios. 

“Independientemente de dónde se encuentren las organizaciones en su viaje a la nube, FinOps como estrategia es fundamental para el éxito de la misma. Los crecientes costos de la nube no serán una gran preocupación si los líderes tecnológicos pueden monitorear el gasto, administrarlo y ver el retorno de las inversiones. Esta es la premisa utilizada por muchas organizaciones para adoptar Finanzas en Operaciones, como un medio para optimizar el dinero invertido, en lugar de recortar o evitar por completo el uso de la nube”, agregó el experto de GBM.

Con un enfoque centrado en datos y una mentalidad de mejora continua, las empresas pueden aprovechar al máximo los beneficios de la nube, sin comprometer su rentabilidad, con esta disciplina. El objetivo final es, sin duda alguna, que cada quetzal invertido empuje la rentabilidad del negocio y que las organizaciones puedan avanzar hacia un modelo de negocio más sostenible y amigable con el ambiente.

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