El cáncer de próstata es una enfermedad que afecta aproximadamente a uno de cada ocho hombres en todo el mundo. Este plantea interrogantes y preocupaciones, principalmente en aquellos que tienen antecedentes familiares de esta afección. La pregunta “Si tengo un familiar con cáncer de próstata, ¿debo preocuparme?» Es común entre muchos hombres, y la respuesta en la mayoría de los casos es sí. Según American Cancer Society, alrededor del 10% de los casos de cáncer de próstata diagnosticados tienen un origen genético heredado.

El factor genético juega un papel crucial en la susceptibilidad al cáncer de próstata. La doctora, María Alejandra Castillo, asesora médica en cáncer de próstata de Asofarma, resalta que es fundamental que los hombres con antecedentes familiares de esta enfermedad se sometan a exámenes pertinentes y se mantengan bajo la supervisión de un especialista.

Si se tiene un familiar directo con esta enfermedad, especialmente si es el padre o el hermano, el riesgo de desarrollar cáncer de próstata se duplica si se trata de un familiar de primer grado. El panorama se torna aún más preocupante si varios miembros de la familia han sido afectados, sobre todo si fueron diagnosticados a una edad temprana.

La base genética del cáncer de próstata hereditario se relaciona en la mayoría de los casos con cambios en las vías de reparación del ADN de las células prostáticas, es decir con modificaciones en material genético presente en las células. Un ejemplo son las mutaciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2. La mutación en el gen BRCA2 se ha asociado con la presencia de cáncer de próstata más agresivo y presentación más precoz. El riesgo relativo a desarrollar cáncer de próstata para un hombre menor de 65 años con mutación del gen BRCA1 es 1,8 veces superior, mientras que si la mutación es en el gen BRCA2 el riesgo aumenta 8,6 veces, por tanto, es importante conocer la historia familiar de cáncer para identificar a los pacientes que podrían tener alguna de estas mutaciones y realizar oportunamente las pruebas de detección.

Existen diversas pruebas que permiten detectar el cáncer de próstata en etapas tempranas. Entre estas destacan el tacto rectal y el análisis de antígeno prostático. Si estos exámenes indican alguna anormalidad, es posible que se recomiendan pruebas adicionales, como la resonancia magnética multiparamétrica de próstata y posteriormente biopsias de tejido prostático.

La detección temprana y la prevención son pilares fundamentales en la lucha contra el cáncer de próstata, especialmente en aquellos hombres con antecedentes familiares de la enfermedad, además que el riesgo aumenta con la edad o si se pertenece a un grupo afroamericano.

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